¡Buenos
días!
Ya
estamos listas para despedirnos de agosto y volver a la realidad de la rutina
pero antes de dejar el #Agostolector para el año que viene vamos a hacer un
poco de recapitulación de las novelas que hemos descartado, ya sea por no
acabar de conectar o porque eran un tostón aunque su título fuera muy
atrayente.
Diario de una
dama de provincias de E.M. Delafield
Tiene
solo 216 páginas pero no me ha enganchado. La novela escrita a inicios del
siglo XX plantea la cotidianidad de una Dama de campo y de sus maniobras para
lidiar con su familia y con las convenciones sociales de su época. Es una
novela de humor, muy inglés, y no siempre he conseguido meterme en él ni en la
trama. Lo he dejado casi a la mitad del libro, pero era demasiado. Publica
Libros del Asteroide.
Nos vemos en el
museo de Anne Youngson
Éste
libro me ha producido cierta manía y ha sido por el planteamiento de su
protagonista. Ésta novela epistolar empieza con una anciana escribiéndole a su
difunto profesor de universidad por qué no ha ido nunca al museo del período
que él con tanto entusiasmo les enseñó. El hombre evidentemente ha fallecido
pero quien le responde es el actual director del museo.
Lo
que no me ha gustado es el tono pedante de la anciana. Desgraciadamente he
conocido muchas mujeres y muchos hombres así en los cursos a los que he
asistido: personas totalmente desvinculadas de la investigación que se sienten
unidas a ella por una especie de inspiración divina. De hecho me recordaba
mucho a una señora con la que coincidí en un curso en Italia en 2011 que estaba
obsesionada con el libro “Bajo el sol de la Toscana” y eso la motivaba a
asistir a cursos de arqueología y cultura itálica. ¿Tú le ves la relación? Yo
no, y lo peor es que molestaba y no dejaba de hablar.
Edita
en castellano Maeva y son solo 248 páginas que no he podido acabar porque me
ponía negra.
Los
dos últimos libros son novelas que abandoné a principios de agosto, pero no por
qué no me gustara la historia si no porque no me enganchaban: son La librería del Monsieur Picquier de Marc
Roger y Nadando a Casa de Devorah Levy.
La primera es una bonita historia sobre cómo nos amplía el mundo la pasión por
la lectura, con unos personajes entrañables. Por otro lado Nadando a Casa me ha
recordado un poco a Celeste 64: una familia peculiar, un verano en Niza,
secretos,… y es una novela muy corta de unas 160 páginas pero no me ha
enganchado.
Creo
que no era el momento de leer estas dos novelas. Las he leído con E-biblio y
los volveré a coger en préstamo más adelante.
¡Muchas
gracias por leer y comentar! ¡Hasta la próxima!
Hola!Formo parte de la iniciativa Seamos Seguidores. Te dejo los enlances de mis dos blogs, por si te apetece darte una vuelta por ellos, seguirnos y comentarnos:
ResponderEliminarSaludos desde http://mariainwonderlandbook.blogspot.com/ y http://mariainmagazine.blogspot.com/