viernes, 29 de mayo de 2020

Geles refrescantes para aliviar nuestras piernas


¡Buenos días!

Des del fin de semana pasado ya se ha instalado el calor en nuestra región. El hecho de haber tenido limitación horaria hasta hace poco y el estar teletrabajando en casa ha hecho que el malestar en las piernas nos llegara muy pronto.

Para intentar mejorar la circulación en nuestras piernas estamos saliendo de paseo cada mañana, para eso y para mantener un poco el ritmo, y también hemos incluido los masajes a nuestra rutina.

Los hacemos por las noches antes de acostarnos y estos son los tres productos que estamos utilizando:

Yves Rocher: Gel frescor piernas ligeras. Promete dar descanso a las piernas fatigadas- Refresca la zona durante un rato sin dar una sensación de frio intenso.   No contiene aceites minerales ni colorantes ni parabenos pero sí alcanfor y mentol.

Sawes: Fito Cold Gel frio. Con este gel hay que ir con cuidado porque da autentico frio. Y no se pasa hasta pasado un buen rato por mucho que te tapes o abrigues. Da un alivio casi instantáneo pero un poco exagerado. Lo reservamos para casos extremos.

Farmacia Barcelona: Gel de ginkgo biloba. De los tres éste es el que menos sensación de frio da. Está indicado para mejorar la circulación de piernas y pies por eso lo utilizamos para darnos masajes regulares, mientras que los otros dos, sobre todo el Fito Cold lo usamos cuando necesitamos un alivio rápido y eficaz.

Los tres están indicados para lo mismo pero sus características hacen que escojamos uno u otro en función de si necesitamos un extra de frescor o no.

Esperamos que con esta combinación y los paseos podamos pasar el verano de una manera aceptable, pero solo acabamos de empezar.

¿Tu también tienes molestias debido al calor? Cuéntanos qué haces para superarlas.

¡Muchas gracias por leer y comentar!

Feliz fin de semana.

 

Un giorno tra i Girasoli. Blog

lunes, 25 de mayo de 2020

¿Por qué hago cursos de formación permanente del profesorado?

Los cursos de formación permanente, ya sea para mi rama, la educación o para otras, generan una división de opiniones: por un lado veo que hay gente que los hace a menudo y los hacen motivados; y, por otro lado, hay otras personas que los ven como una manera de engrosar el currículum y los méritos a precio de oro.

 

Yo me considero más cercana al primer grupo porque me apetece seguir formándome pero no puedo negar que muchos de los cursos que se ofrecen no valen lo que cuestan: ni a nivel de trabajo requerido, ni a nivel de la formación recibida ni en el feedback recibido por el profesorado (que duro que una profesora se queje como alumna de otros profesores).   

 

Tengo muy claro porqué los hago: mi formación es estrictamente filológica y el master de profesorado no me dio las herramientas ni el conocimiento que creo que una  profesora deba tener. Creo que fui la segunda promoción del master y en todo momento tuve claro que era un trámite administrativo. Lo único bueno que me dejo fue la certeza de que quería ser docente.

 

Hay ciertas cosas que solo se pueden aprender del día a día pero hay otras en las que es mejor pedir que te enseñen: por ejemplo me pasé las dos primeras semanas de confinamiento haciendo un curso de G-suite. Por un lado tenía que aprender yo como funcionaba para luego poder responder  los posibles problemas que pudiera tener mientras lo usase con mis alumnos.

 

Para mí estos cursos son una oportunidad de ampliar unos conocimientos concretos, no hasta la sabiduría extrema pero si suficiente para mi día a día, en un periodo relativamente corto de tiempo, y como los hago on-line, no solo por la situación actual sino para poder combinarlos con el trabajo, puedo aprovechar cualquier momento libre para ponerme.  

 

Soy un poco exquisita para elegirlos ya que busco referencias previas o los elijo de los ICE o del colegio de licenciados. Se suelen ajustar a los temas que me interesan y me dan confianza. Son caros, no lo voy a negar, pero siempre he salido contenta.

 

Supongo que si mi experiencia no hubiera sido positiva no seguiría buscándolos, pero por otro lado, soy una persona exigente e inquieta y me costaría bastante no pensar maneras de mejorar.

 

Obviamente todo lo que se aprende se tiene que poner en práctica para que el curso haya valido la pena y yo lo veo en pequeños cambios que he ido haciendo poco a poco.

 

No creo que la mejora profesional tenga que ser un objetivo en sí misma pero estoy muy de acuerdo con la frase que dice que “si trabajas en aquello que te gusta ya no trabajas más”. Por cómo yo soy la mejora hace que trabaje mejor, más a gusto y que me sienta más feliz.

 

En este post solo quería dar mi opinión concreta sobre estos cursos, ahora me gustaría saber qué opinas tú de ellos, ¿has hecho alguno? ¿Cómo fue la experiencia? ¿Notaste que mejorabas o te pareció una pérdida total de tiempo?

 

Muchas gracias por leer el post de hoy, ¡Hasta la próxima!

 

Un giorno tra i Girasoli. Blog

martes, 12 de mayo de 2020

Cómo superar el parón lector en plena cuarentena


Leer siempre ha sido para mí una manera de escapar del estrés cotidiano. No tengo mucho tiempo normalmente, el trabajo, las oposiciones y la universidad dejan poco espacio para cualquier tipo de ocio. Cuando empezó la cuarentena estaba bastante saturada en el trabajo: estábamos a punto de acabar el segundo trimestre en el instituto, plazos en la universidad y la fecha de las oposiciones cada vez más cerca. La verdad es que estaba saturada y necesitaba descansar.

Así que cuando empezó todo pensé, “bueno, el rato que me ahorro con los trayectos de tren podré descansar y leer por fin”. Mentira cochina:

 

 ¡Parón lector!

Durante casi dos meses he sido incapaz de abrir un libro para mi disfrute. Me apetecía pero no podía elegir por dónde empezar, empezaba y a las pocas páginas lo dejaba. Por eso hoy quiero traerte cinco tips que me han ayudado a superarlo. 

 

1.    1.  Sin presiones: creo que fue la teórica disponibilidad la que contribuyó a mi bloqueo. El hecho de pensar que ahora podía y tenía que aprovechar hacia aumentar mi bloqueo. Hasta que no empecé a dejar que fluyera no empezó a apetecerme coger un libro.

 

2.    2.  Huye de la TBR list. Al empezar a trabajar en un nuevo centro, en octubre, y acercarse la recta final de las oposiciones dejé de leer por ocio. Sí que leía manuales y libros especializados para mis clases pero no leía nada de ficción. Cuando tuve la posibilidad y me puse a mirar los libros que tenía descargados en el Kindle o los que tenía por casa ninguno me parecía el adecuado. O no me enganchaban  o me deprimían demasiado. Así que decidí buscar nuevas opciones.

 

3.    3.  Releer. Se lo oí decir a una booktuber que me gusta mucho. Ella proponía que este era un buen momento para releer libros que nos hubieran encantado, por un lado para volverlo a disfrutar y para verlo de nuevo con la perspectiva del tiempo.

 

4.     4. Los pequeños momentos. He empezado a leer en esos ratitos muertos: en los cinco minutos de descanso cuando estudiaba utilizando el método pomodoro, esos minutos antes de empezar una reunión virtual, etc. Además me ayuda a descansar la mente.

 

5.    5.  Leer es un placer, no un trabajo. En el momento en que entendí que no tenía ninguna obligación de leer algo que no me gustara o llegar a un número de libros leídos el tema empezó a fluir.

 

Creo que este bloqueo lector está en parte motivado por todo el estrés que estaba acumulando en mi vida. De esas cosas que te encantan pero que cuando no puedes hacer te hacen reflexionar.

Estoy volviendo poco a poco, no creo que alcance el ritmo que llevaba el año pasado pero tampoco quiero hacerlo. Quiero disfrutar de la lectura y crear buenos hábitos que luego pueda mantener.

 

Espero que te haya gustado el post de hoy y que te ayude si te encuentras también en un parón, y si es así ¡ánimo! Muchas gracias por leer y comentar.

 ¡Hasta la próxima!