lunes, 25 de mayo de 2020

¿Por qué hago cursos de formación permanente del profesorado?

Los cursos de formación permanente, ya sea para mi rama, la educación o para otras, generan una división de opiniones: por un lado veo que hay gente que los hace a menudo y los hacen motivados; y, por otro lado, hay otras personas que los ven como una manera de engrosar el currículum y los méritos a precio de oro.

 

Yo me considero más cercana al primer grupo porque me apetece seguir formándome pero no puedo negar que muchos de los cursos que se ofrecen no valen lo que cuestan: ni a nivel de trabajo requerido, ni a nivel de la formación recibida ni en el feedback recibido por el profesorado (que duro que una profesora se queje como alumna de otros profesores).   

 

Tengo muy claro porqué los hago: mi formación es estrictamente filológica y el master de profesorado no me dio las herramientas ni el conocimiento que creo que una  profesora deba tener. Creo que fui la segunda promoción del master y en todo momento tuve claro que era un trámite administrativo. Lo único bueno que me dejo fue la certeza de que quería ser docente.

 

Hay ciertas cosas que solo se pueden aprender del día a día pero hay otras en las que es mejor pedir que te enseñen: por ejemplo me pasé las dos primeras semanas de confinamiento haciendo un curso de G-suite. Por un lado tenía que aprender yo como funcionaba para luego poder responder  los posibles problemas que pudiera tener mientras lo usase con mis alumnos.

 

Para mí estos cursos son una oportunidad de ampliar unos conocimientos concretos, no hasta la sabiduría extrema pero si suficiente para mi día a día, en un periodo relativamente corto de tiempo, y como los hago on-line, no solo por la situación actual sino para poder combinarlos con el trabajo, puedo aprovechar cualquier momento libre para ponerme.  

 

Soy un poco exquisita para elegirlos ya que busco referencias previas o los elijo de los ICE o del colegio de licenciados. Se suelen ajustar a los temas que me interesan y me dan confianza. Son caros, no lo voy a negar, pero siempre he salido contenta.

 

Supongo que si mi experiencia no hubiera sido positiva no seguiría buscándolos, pero por otro lado, soy una persona exigente e inquieta y me costaría bastante no pensar maneras de mejorar.

 

Obviamente todo lo que se aprende se tiene que poner en práctica para que el curso haya valido la pena y yo lo veo en pequeños cambios que he ido haciendo poco a poco.

 

No creo que la mejora profesional tenga que ser un objetivo en sí misma pero estoy muy de acuerdo con la frase que dice que “si trabajas en aquello que te gusta ya no trabajas más”. Por cómo yo soy la mejora hace que trabaje mejor, más a gusto y que me sienta más feliz.

 

En este post solo quería dar mi opinión concreta sobre estos cursos, ahora me gustaría saber qué opinas tú de ellos, ¿has hecho alguno? ¿Cómo fue la experiencia? ¿Notaste que mejorabas o te pareció una pérdida total de tiempo?

 

Muchas gracias por leer el post de hoy, ¡Hasta la próxima!

 

Un giorno tra i Girasoli. Blog

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