Leer
siempre ha sido para mí una manera de escapar del estrés cotidiano. No tengo
mucho tiempo normalmente, el trabajo, las oposiciones y la universidad dejan
poco espacio para cualquier tipo de ocio. Cuando empezó la cuarentena estaba bastante
saturada en el trabajo: estábamos a punto de acabar el segundo trimestre en el
instituto, plazos en la universidad y la fecha de las oposiciones cada vez más
cerca. La verdad es que estaba saturada y necesitaba descansar.
Así
que cuando empezó todo pensé, “bueno, el rato que me ahorro con los trayectos
de tren podré descansar y leer por fin”. Mentira cochina:
¡Parón lector!
Durante
casi dos meses he sido incapaz de abrir un libro para mi disfrute. Me apetecía
pero no podía elegir por dónde empezar, empezaba y a las pocas páginas lo
dejaba.
1. 1. Sin
presiones: creo que fue la teórica disponibilidad la que contribuyó a mi
bloqueo. El hecho de pensar que ahora podía y tenía que aprovechar hacia
aumentar mi bloqueo. Hasta que no empecé a dejar que fluyera no empezó a
apetecerme coger un libro.
2. 2. Huye
de la TBR list. Al empezar a trabajar en un nuevo centro, en octubre, y
acercarse la recta final de las oposiciones dejé de leer por ocio. Sí que leía
manuales y libros especializados para mis clases pero no leía nada de ficción.
Cuando tuve la posibilidad y me puse a mirar los libros que tenía descargados
en el Kindle o los que tenía por casa ninguno me parecía el adecuado. O no me enganchaban
o me deprimían demasiado. Así que decidí
buscar nuevas opciones.
3. 3. Releer.
Se lo oí decir a una booktuber que me gusta mucho. Ella proponía que este era
un buen momento para releer libros que nos hubieran encantado, por un lado para
volverlo a disfrutar y para verlo de nuevo con la perspectiva del tiempo.
4. 4. Los
pequeños momentos. He empezado a leer en esos ratitos muertos: en los cinco
minutos de descanso cuando estudiaba utilizando el método pomodoro, esos
minutos antes de empezar una reunión virtual, etc. Además me ayuda a descansar
la mente.
5. 5. Leer
es un placer, no un trabajo. En el momento en que entendí que no tenía ninguna obligación
de leer algo que no me gustara o llegar a un número de libros leídos el tema
empezó a fluir.
Creo
que este bloqueo lector está en parte motivado por todo el estrés que estaba
acumulando en mi vida. De esas cosas que te encantan pero que cuando no puedes
hacer te hacen reflexionar.
Estoy
volviendo poco a poco, no creo que alcance el ritmo que llevaba el año pasado
pero tampoco quiero hacerlo. Quiero disfrutar de la lectura y crear buenos
hábitos que luego pueda mantener.
Espero
que te haya gustado el post de hoy y que te ayude si te encuentras también en
un parón, y si es así ¡ánimo! Muchas gracias por leer y comentar.
¡Hasta la próxima!
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