Hola
chicas,
¿Qué
tal todo?
La
semana pasada mi vida, tal y como la conocía dio un giro brusco de 360º.
El
viernes pasado mi jefe me dijo que tenía que hablar conmigo.
La
verdad es que no me asuste ni nada por que en los últimos días me habían surgido
proyectos grandes y yo había acudido a él en busca de consejo y esas cosas, así
que creí que la conversación iría en esa dirección.
Nada
más lejos de la realidad, prácticamente de un día para otro habían decidido no
renovarme, después de haberme dicho que sí en varias ocasiones.
El
motivo de mi no continuación era que, pese a estar contentos con mi trabajo, habían
decidido no invertir en el sector que yo manejaba con lo que ya no les hacía
falta.
La
verdad es que recuerdo pocas cosas de ese momento, El jefe me decía que podía irme
en ese momento si lo quería, pero yo solo podía pensar en mis clientes y en los
proyectos que tenía a medias. No se fue muy duro, despedirme de ellos con los
que días atrás había hablado tranquilamente para programar visitas y esas
cosas.
Para
mis compañeros también fue un choque porque nadie se esperaba este giro en los
acontecimientos ya que la última gran venta había sido mía.
Fue
un golpe muy duro y sin duda sé que pese a que hemos terminado bien, esto ha nimbado
mi confianza.
He
dedicado esta semana, aparte de actualizar mi currículo y esas cosas, a
recordar viejos hobbies. Ahora ya no lo veo todo tan negro como el viernes
pasado y siento las nuevas oportunidades que se abren ante mí.
Muchas
gracias por leer y hasta la próxima.
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